Pedirle hoy en día y en nuestro mundo occidental, el acto de comer tiene varias funciones. La más básica y primitiva es la obtención de energía, lo que llamamos nutrición. Pero la amplia y alta disponibilidad de alimentos en nuestro entorno hace que aparezcan otras posibles funciones para el acto de comer. Por ejemplo, la función social como celebrar las cosas comiendo en compañía. Y por último, la función emocional que se basa, principalmente, en la búsqueda de placer en la comida como bálsamo emocional. ¿Has pensado alguna vez cuál es la diferencia entre placer y bienestar alimentario? ¿Es necesario elegir entre uno de los dos?
El placer
El placer nos produce agrado, una sensación de gusto que nos hace sentir bien. El acto de comer aporta placer por varias vías. Una es por el mero hecho de satisfacer el hambre, al saciarnos sentimos una sensación agradable. Por otro lado, algunos alimentos, por su composición nutricional y calórica son capaces de producir más placer que otros a través del sabor intenso. Por ejemplo, alimentos ricos en grasas, azúcares, hidratos de carbono y/o sal.
En nuestros tiempos más primitivos y hasta no hace mucho, encontrar este tipo de alimentos era una estrategia de supervivencia, ya que en un entorno de escasez eran garantía de energía, así que comerlos se recompensaba con una sensación de placer. Hablamos, por ejemplo, de la miel, las frutas, las semillas, los frutos secos o los granos de cereales y sus harinas. Hoy en día, seguimos teniendo activado el sistema de recompensa, pero el entorno ha cambiado. Ahora nos rodean alimentos procesados que multiplican su capacidad de aportar placer respecto a los que podíamos encontrar en la naturaleza. Hablamos del chocolate, la pizza, los quesos, las patatas de bolsa, las galletas dulces o saladas, los embutidos, etc… Así que no te sorprendas cuando comas este tipo de alimentos buscando algo de placer después de un día agotador.
Sin embargo, cuando basamos nuestra alimentación en el placer y convertimos la comida en nuestro único bálsamo emocional, lo que antes era una estrategia de supervivencia, ahora puede dañarnos la salud y provocarnos sentimientos de culpabilidad a largo plazo.
El bienestar
El positivismo ha tenido su momento de auge. Esta corriente ha tratado de apartar los pensamientos desagradables, de crear sólo pensamientos positivos y de que cuando el desasosiego nos invada, luchar para eliminarlo lo antes posible. Es una opción que puede funcion
En el otro extremo, podemos ver a personas que eliminan completamente de su alimentación todo tipo de placer. La típica dieta donde parece que está prohibido disfrutar para obtener resultados. Esto puede dar lugar a una alimentación sana nutricionalmente pero poco saludable a nivel mental y social.
Entonces ¿qué es el bienestar? El bienestar alimentario es encontrar un tipo de alimentación que te aporte un equilibrio entre disfrutar y cuidar tu salud física, emocional y social.
Equilibrio y bienestar ¿cómo conseguirlo?
Contrariamente a lo que muchos creen, la aceptación no es sinónimo de rendirse, no es dejar de esforzarse y resignarse. Es aceptar que no
El primer paso es tomar conciencia de si estás en lo que muchos nutricionistas llamamos el bucle control-descontrol. Es decir si sientes que tu alimentación es una montaña rusa de esfuerzo por controlarte y luego sensación de descontrol. Si es así te lanzo esta pregunta ¿cómo sería tu alimentación si te sitúas en el medio de ambos extremos? Te dejamos un ejemplo de una persona real que ha querido compartir sus respuestas en forma de tabla.
Alimentos en modo “descontrol” o bálsamo emocional constante | Alimentación del bienestar | Alimentos en modo “control” o “restricción”. |
Galletas cookies | Yogur con plátano o fresas | Manzanas |
Pan de molde con nutella | Nueces con chocolate negro | Pechuga de pollo a la plancha |
Patatas “jamón-jamón” | Salteado de verduras con pollo y arroz integral | Verdura hervida |
Pizza de compra | Tostadas de pan con queso y salmón ahumado | Ensalada |
Bombones | Pizza casera | Judías verdes |
En la primera columna ha escrito los alimentos que asocia a lograr placer cuando está estresada y siente descontrol. En la última columna hace una lista de los alimentos que asocia a cero placer y que le suponen un esfuerzo. Y en el medio, ha identificado aquellas combinaciones de alimentos que le gustan y además asocia a un bienestar general.
¿Cuál es tu alimentación del bienestar?

NATALIA NASARRE NACENTA · DIETISTA NUTRICIONISTA
Dietista nutricionista por la Universidad de Zaragoza.
Miembro de Nutritional Coaching SL.
Experta en nutrición deportiva por la Universidad de Barcelona.
Estudiante del Grado en Psicología por Universitat Oberta de Catalunya.